¿Por qué duelen las cervicales?
Quien no ha sufrido alguna vez ese molesto dolor en el cuello que te impide girarlo correctamente y que es terriblemente desagradable, muy pocas personas se libran de no haberlo pasado alguna vez.
Las causas que lo originan pueden ser varias, así como el dolor puede aparecer de repente o ser crónico. Un dolor cervical que aparece de improvisto sin ninguna alteración anterior puede estar causado por un movimiento repetitivo, que se haya realizado, al cual no estamos acostumbrados y que implica la acción muscular de los hombros y los trapecios.
También podría estar causado por una corriente de aire que nos afecte a la zona muscular de los hombros, trapecios y cervicales, por ejemplo, si nos colocamos cerca de una fuente de aire acondicionado durante un periodo prolongado de tiempo.
Cuando el dolor es crónico es preciso realizar un diagnóstico más preciso, pues las causas pueden ser varias. En primer término tenemos el puesto de trabajo que desempeña la persona, puede ser que sea sedentario y que obligue a estar en la misma postura durante la gran mayoría de la jornada laboral.
Como ejemplo de estos puestos de trabajo estarían las personas que realizan varias horas de conducción diarias. También todas las actividades laborales que impliquen estar sentados delante de un ordenador (tareas administrativas, diseño gráfico, informática, …).
Por otro lado, están los trabajos donde hay que utilizar ambos brazos en diferentes posturas y esto hace que la musculatura posterior del hombro y los trapecios esté excesivamente tónica.
Dolor y estrés
En cualquiera de los ejemplos laborales expuestos anteriormente nos encontramos con un excesivo tono muscular de la parte posterior del hombro y los trapecios, que frecuentemente termina afectando a la sensible zona cervical.
A estos factores mencionados, tendríamos que añadir uno más: estrés. Una de las zonas musculares donde se somatiza más el estrés son los trapecios y la zona cervical.
Así que si sumamos un puesto de trabajo sedentario y lo aliñamos con unas gotas de estrés, el resultado: dolor crónico de cervicales.
Soluciones al dolor
Normalmente las personas nos acostumbramos a las molestias cotidianas, siempre que nos permitan realizar nuestras tareas cotidianas y la molestia no se convierta en un dolor difícil de soportar. Pero ¿no es mejor vivir sin dolor?
En un artículo anterior sobre la repercusión del dolor de espalda y de los puntos reflejos, detallaba que es lo que nos puede acarrear un funcionamiento disfuncional de una o de varias vértebras. La zona cervical no se escapa a esa disfunción. A la larga esta molestia nos puede acarrear desde dolor tensional de cabeza, pasando por problemas auditivos o de visión, entre otros.
En primer lugar deberíamos procurar que la cantidad de estrés (ya sea laboral, emocional, familiar,…) que soportamos fuera el que realmente podemos administrar. Con ello conseguiríamos dos cosas, primero seriamos más felices y segundo nuestro tono muscular sería el adecuado.
En segundo lugar, adoptar una postura corporal acorde con las actividades que estemos realizando. Esto quiere decir, por ejemplo, cuando estemos desarrollando nuestra jornada laboral procuraremos siempre tener una higiene postural adecuada.
En tercer lugar, estaría bien realizar alguna actividad que nos aporte un poco de sosiego y calma diaria a nuestra agitada mente. Podría ser una actividad física, adecuada a nuestra edad y estado de forma, podría ser también una actividad que conjuntara el cuerpo y la mente como por ejemplo el yoga, pilates o Chi-kung o también podríamos trabajar nosotros mismos con ejercicios de relajación y de respiraciones.
Terapias naturales contra el dolor cervical
Cuando el dolor esta instaurado lo expuesto anteriormente sirve, pero esa dolencia que tenemos no se va a ir por sí sola, si no nos trata un terapeuta para que así sea.
La forma de tratar este tipo de lesiones varía en la forma que lo pude hacer un terapeuta u otro. Es importante recalcar que no hay dos personas iguales y por ello es difícil que haya dos tratamientos iguales. Cada persona es única y su tratamiento también lo debe ser.
Básicamente, nos fijamos en la estructura de la persona y después actuamos en toda la columna vertebral y no solo en la zona cervical. Se estudian toda la estructura vertebral y se corrige hasta donde la estructura de la persona se deja corregir, esto quiere decir que no se puede forzar una vértebras si estas en una primera sesión ceden menos de lo esperado.
En mi caso utilizo la osteopatía tibetana y craneosacral, los cuales me sirve para ver las rotaciones existentes y corregirlas. Además utilizo el martillo neuropercutor, método muy seguro y eficaz.
También se podría utilizar la digito puntura para tratar el dolor. Siempre aplicáremos masaje para quitar la tensión muscular tanto de hombros, trapecios como de la zona cervical. Para terminar, siempre está bien aplicar con una técnica más agradable, como pueda ser los estiramientos miofasciales y complementar este trabajo con auriculoterapia o kinesio tapping.
Buen trabajo por escribir este peazo de post, todo clarísimo y de comprender fácil, gracias admin