masaje descontracturante de espalda

Dolor y emociones

¿Dónde puede aparecer dolor físico debido a las emociones mal gestionadas? Prácticamente en cualquier parte. Pero generalmente el cerebro elegirá zonas que sea natural que te duelan o que te molesten. Por ejemplo, la zona cervical o la zona media o baja de la espalda, pero también puede elegir uno o ambos hombros, las muñecas, las rodillas, un pie, etc.

El cerebro y el sistema nervioso gobiernan todo nuestro organismo. Con producir un ligero descenso de la llegada de sangre a una determinada zona habrá logrado su objetivo. Isquemia es la palabra que define este pequeño déficit de sangre.

El principal inconveniente que trae consigo es que los tejidos no tienen el suficiente oxígeno y entonces se produce el dolor. Esta patología afecta a millones de personas aquí en España y en prácticamente cualquier país occidental. Puede afectar tanto a una zona muscular concreta, pero también puede afectar a una articulación como la rodilla, el codo o la muñeca.

Otro tipo de tejido afectado es el tejido nervioso, concretamente el que compone los nervios periféricos. Como es natural los nervios que se ven más afectados son los que rodean a los músculos: el nervio ciático, los nervios lumbares, los nervios cervicales y el plexo braquial, que es el encargado de la movilidad y la sensibilidad de los brazos y hombros.

El dolor que puede producir es variable. Puede ser punzante y muy desagradable o puede presentarse como si existiera una presión continua en esa zona. El dolor puede venir acompañado de hormigueo en las extremidades y de una debilidad evidente.

En la zona dorsal alta de la espalda los nervios van hacia las costillas pudiendo producir dolor en esa zona y en el esternón, lo cual puede producir un gran susto a la persona que lo padece pues puede confundirse con una enfermedad cardíaca.

También es muy frecuente que cuando aparece un dolor en un determinado lugar del cuerpo y la persona hace algo para combatirlo, como por ejemplo acudir a una consulta, éste desaparece. Pero lo más curioso es que vuelve a aparecer en otro lugar completamente distinto. Es como si el cerebro no estuviera dispuesto a abandonar esa cómoda estratagema.

Extracto del libro El Poder de tu Energía

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