Este tipo de energías negativas siempre han estado en el subconsciente colectivo de la humanidad, En todas las culturas antiguas se habla de diferentes posesiones demoniacas que atacan y alteran a las personas, estando hoy muy presentes en los diferentes pueblos indígenas que aún sobreviven en el planeta.
Para que estos entes se puedan acoplar a una persona hay que abrirles una puerta. Esta puerta puede ser inocente, como un grupo de chicos jóvenes jugando con una tabla de ouija, altamente negativa y peligrosa y por supuesto completamente desaconsejable. También entrarían toda clase de rituales oscuros que, aunque parezcan una tontería están en plena vigencia hoy en día. Mucha gente acude a brujos para conseguir que su pareja vuelva, para fastidiarle la vida a otra persona, para conseguir favores y un largo etcétera.
Los niveles de peligrosidad de estos entes no son iguales. Estos bichos se alimentan del dolor y del sufrimiento que causan en los seres humanos en los que están alojados y en las personas que tienen a su alrededor.
Una vez se acoplan a una persona, vampirizará su energía y trastornan sus centros vitales. Alterarán su energía y dependiendo de lo fuerte que sea, impulsan al individuo a causar dolor a todas las personas que tenga a su alrededor. Puedes ver ejemplos cerca de ti. Individuos que suelen tener ataques de ira por la causa más simple: un pequeño incidente de tráfico, un pequeño contratiempo en el trabajo, … Otro ejemplo claro es el programa televisivo Hermano Mayor. En este programa vemos a un adolescente “rebelde” y a un mentor enviado por el programa, para intentar que cambie su actitud destructiva. En el programa vemos la actitud psicópata del adolescente destrozando su familia alegremente y causando dolor y sufrimiento, sin importarle gran cosa como lo están pasando o la destrucción que conlleva su actitud. No en todos los casos se deba a una de estas posesiones, pero si en una gran cantidad de ellos.
Extracto del libro El Poder de tu Energía.