Respiración y energía

Respiración

Las técnicas energéticas realizadas para los demás es un trabajo edificante. Pero, ¿cómo podemos trabajar nosotros mismos con nuestra propia energía? Esta es una cuestión verdaderamente interesante, porque a menudo nos olvidamos de cómo estamos nosotros pensando que nos encontramos bien cuando realmente no es así. Dicho con otras palabras, somos capaces de ver la paja en el ojo ajeno, e incapaces de ver la viga en nuestro propio ojo.

La forma de trabajo para uno mismo se centra en la buena relajación física como primer paso. ¿Y cómo se consigue eso?, en primer lugar, trabajando a conciencia la respiración. Es una técnica muy sencilla y tremendamente eficaz. En el día a día, generalmente no solemos utilizar más del 30 por ciento de nuestra capacidad pulmonar, con lo cual el oxígeno que llega a nuestro organismo es más bien escaso.

Relajación

Existe un músculo llamado diafragma que se encuentra situado justo en tercer chacra, en la parte baja de las costillas. Este músculo tiene forma cónica y su labor, entre otras, es la de ayudarnos en la respiración. En la mayoría de las personas existe una disfunción en el diafragma, porque lo utilizamos realmente poco.

Así que os propongo como primer ejercicio que os sentéis cómodamente, cerréis los ojos y que os centréis en vuestra respiración durante cinco minutos. Tomad aire por la nariz durante una cuenta de cinco y mandadlo hacia el abdomen, después lentamente soltad el aire durante otra cuenta de cinco y volved a tomar aire de nuevo. Haced esto una vez al día, o cuando tengáis un pico de estrés y notad la diferencia entre antes y después.

Energía

Hemos hablado de la importancia que tiene la respiración para nuestro organismo y para nuestro sistema energético. En la respiración se fundamentan técnicas milenarias como el yoga y otras más actuales como el pilates. En mi consulta de Zaragoza he enseñado a varias personas este sencillo ejercicio respiratorio con unos resultados estupendos.

Una vez aprendidas estas sencillas técnicas respiratorias es el momento de dar un pequeño paso más. Se trata de llevar energía por todo nuestro organismo y también de sentir esa energía.

Llevando el ritmo respiratorio aprendido, centramos nuestra atención en los pies, sentimos realmente nuestros pies y vamos dejando que esa energía vaya ascendiendo por nuestras piernas, nuestra espalda, nuestros brazos,… así hasta llegar hasta nuestra cabeza. Somos conscientes de cada punto de nuestra anatomía, pudiendo percibir claramente como nuestra corriente energética inunda todas las células de nuestro organismo.

Pronto saldrá a la venta mi primer libro El Poder de tu Energía, imprescindible si deseas saber cuidar de tu energía y la de las personas que te rodean.

 

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