Hace más de dos mil años los sabios chinos formularon una teoría con la cual pretendían explicar las fases del cambio. Observando la naturaleza, vieron que las estaciones se sucedían en un ciclo ordenado y que el crecimiento y desarrollo de los seres humanos también tenía lugar de una forma orgánica y ordenada.
La psicología también parecía tener patrones constantes, una idea evoluciona pasando por diferentes fases hasta convertirse en una realidad. El cambio no es algo que se produzca al azar, sino que es un proceso ordenado, una evolución.
Los chinos formularon la teoría del cambio y la llamaron la teoría de los cinco elementos o cinco transformaciones. Esta teoría se ha aplicado para tratar la enfermedad, pronosticar el tiempo y adivinar la suerte personal. Resumiendo, es una cosmología, un intento por entender la vida y el universo.
La teoría de los cinco elementos postula que todo cambio ocurre en cinco fases. Cada fase está asociada con un determinado elemento de la naturaleza: fuego, tierra, metal, agua o madera.
En algún momento de nuestra vida cada uno de nosotros ha experimentado un misterioso dolor en alguna parte del cuerpo para el cual no tenemos explicación. No tenemos la menor idea de cómo se originó el dolor, por qué eligió ese lugar del cuerpo ni de cómo tratarlo. Hay otros síntomas que vienen y van sin que tampoco los entendamos.
El cuerpo humano es el organismo más eficiente y maravillosos que existe en la Tierra, no hace nada sin tener una causa. Nuestro reto es comprender la causa. Una de las claves para comprender las causas son los meridianos por donde circula la energía.
Estamos sobre la Tierra y actuamos a modo de antena para las fuerzas electromagnéticas del cielo y la tierra, éstas cargan nuestros cuerpos por arriba y por abajo. Esta energía se llama ki en Japón, chi en China y prana en la India.
El ki circula por nuestro cuerpo a largo de doce rutas, denominadas meridianos y que sirven también a los acupuntores para tratar enfermedades.