El masaje metamórfico se basa en la teoría de que los seres humanos somos energía y movimiento.
En nuestra concepción y posterior nacimiento, incluso antes de que nuestra madre se quede embazada, pueden producirse traumas y desajustes que verán la luz cuando hayamos ya nacido.
Estos traumas tendrán la posibilidad latente de producir enfermedades tanto físicas, como mentales.
Durante los nueve meses de gestación nos vemos sometidos a la influencia de muchos factores diferentes:
– La forma de ser de nuestros padres y el entorno cultural y físico en el que viven.
– La etapa de evolución que han alcanzado.
– Las influencias cósmicas inmateriales.
Todos estos factores dan forma a los patrones de nuestra vida y quedan establecidos en dicho periodo.
La técnica metamórfica se centra en esos nueve meses de embarazo
Este masaje se realiza principalmente en los pies, en el área reflexológica que comprende la columna vertebral, incluyendo el dedo gordo del pie y el tobillo. También trabaja en las manos y en la cabeza. Se ha descubierto que en estas zonas se reflejan las estructuras principales que se van formando de nuestra psique y cuerpo, durante la gestación de nuestra madre.
Este masaje tiene como objetivo eliminar cualquier bloqueo energético, que se pueda haber producido en la época en la éramos gestantes, liberando la energía sanadora que cualquier persona posee.
El término metamórfico hace referencia al proceso en el que una oruga se vuelve mariposa, refleja lo que sucede dentro de nosotros en cuanto dejamos atrás nuestros patrones de dificultades psicológicas o físicas y avanzamos hacia nuevas áreas de desarrollo, activando las potencialidades que poseemos.