Este cuerpo envuelve y protege a los demás cuerpos energéticos, es también
un cuerpo de emanación. Hay una expresión que reza “desprende un aura…”
Se refiere a que una persona que con su sola presencia impregna con su
energía el espacio donde se encuentra.
El cuerpo áurico está formado por la emanación de cada cuerpo energético y
envuelve a la persona. Vibra a una gran velocidad, por ello es imposible verlo
con nuestra visión humana. Su principal función es la de proteger a los
diferentes cuerpos energéticos y a la vez es un cuerpo de emanación de las
propias vibraciones personales. Es el encargado de recibir la información
energética que tenemos del entorno. Cuando conocemos a una persona la
primera impresión energética que tenemos nos la proporciona el aura. La
impronta que te llega cuando llegas a tu lugar de trabajo, tu casa, quedas con
amigos… siempre te la dará este cuerpo.
Esto quiere decir que allí donde vamos dejamos nuestra impronta energética,
impregnamos con nuestra energía los espacios donde más solemos estar. La
primera impresión que tenemos de una persona al conocerla nos la
proporciona el aura de ésta, sin necesidad de tocarla o hablar con ella.
Este cuerpo es el que se conoce popularmente como aura. No hay que
confundirlo con el etérico, que está pegado al cuerpo físico, ni tampoco con el
astral que se encuentra dentro del cuerpo físico. El nivel áurico se expande
hacia afuera de la persona entre uno y cuatro metros, dependiendo de cómo se
encuentre energéticamente.
En el ejemplo del coche, se correspondería con sus características técnicas.
Por ejemplo, en un Seat Ibiza con un motor de 1600 centímetros cúbicos de
gasolina y 90 caballos de potencia, el modelo Ibiza es lo que corresponde al
cuerpo áurico.
Extracto del libro El Poder de tu Energía