He hablado de lo que son las élites y de las personas
que la conforman. Ahora toca hablar de la responsabilidad personal.
Podemos criticar a las élites, pero después actuar
como hacen ellos, con egoísmo, sin empatía hacia los
demás y en pos del beneficio personal. Cada uno de
nosotros tiene que hacer un ejercicio profundo de discernimiento propio de las informaciones que recibe del
exterior y de las creencias internas que posee. Debe
prevalecer el sentido común, que como todos sabemos
es uno de los sentidos menos comunes.
De nada sirve si despotricamos contra el actual sistema y después hacemos exactamente los mismos que
el sistema nos ha hecho a nosotros. Hay que empezar
a vivir como nos gustaría vivir.
Hay cosas que podemos hacer que son muy sencillas y claras, de lo evidentes que son pasan desapercibidas. No soy un santo y de mártir ni siquiera tengo la
“r”, pero sí puedo dar algún consejo de lo que yo hago
y me sirve para fomentar una sociedad mejor, más auténtica:
No hagas lo que no te gustaría que te hicieran
a ti.
Respeta las decisiones de los demás, aunque no
estés a favor de ellas. Y no importa que esas
decisiones sean de personas queridas, son sus
decisiones y su libre albedrío.
Respeta y venera a la Madre Tierra.
Practica un consumo responsable en el planeta.
Ayuda a otras personas sin esperar nada a cambio.
Educa a tus hijos para que respeten y amen a la
Tierra.
No malgastes tu energía en discusiones estériles, es lo más preciado que tienes. La gente que
no quiere cambiar, no cambiará.
No te dejes arrastrar por la negatividad general
de la sociedad.
Abandona las relaciones tóxicas.
Encuentra personas afines a ti.
Busca todos los días un rato para estar conectado con tu interior.
No albergues dentro de ti ira, al final se volverá
contra ti.
Perdona a los que te atacan, no lo olvides, pero
no guardes rencor en tu interior. Es veneno
para tu alma.
Se fiel a tu consciencia.
Busca la vida que te gustaría tener.
Extracto del libro Matrix distópica, la verdad es políticamente incorrecta