Egregors o Energías Grupales
¿Qué es un egregor?
El concepto de egregor hace referencia a una “forma de pensamiento” o “mente colectiva de grupo”, esto es, una entidad psíquica autónoma capaz de influir en los pensamientos de un grupo de personas. Va más allá.
Hoy en día hay una guerra a muerte para intentar imponer una forma de pensamiento única.
Diferentes facciones luchan por mantener su supremacía sobre la sociedad disfrazadas de múltiples maneras: política, religiones, nuevas creencias, tecnología, consumismo… Hay donde elegir y ya se sabe, a río revuelto ganancia de pescadores.
Las mismas formas de pensamiento crean formas energéticas capaces de dominación y subyugación de la especia humana. Siempre va a haber un precursor de una idea, si cae en tierra fértil esta creencia germinará y se desarrollará.
¿De dónde provienen los egregors?
Las primeras energías grupales realmente poderosas las encontramos en las primeras religiones
monoteístas, en el judaísmo principalmente. Después vinieron el cristianismo y el islam. Todas siguen un patrón similar, un enviado de Dios que al principio tiene unos pocos adeptos, pero que poco a poco va adoctrinando a más individuos de la sociedad, en la que va germinando esta forma energética.
Las diferentes religiones a su vez siguen diferentes ramas, que a la par van formando diferentes egregors. Ejemplos de ello los tenemos en las diferentes ramas del cristianismo: católicos, protestantes, baptistas, mormones… Es muy difícil hacer un cálculo objetivo del número de religiones que hay en el mundo actualmente. Según el filósofo Kenneth Shouler son aproximadamente 4200, cada una de ellas con su egregor correspondiente.
Después vendrían las diferentes corrientes ideológicas, desde el marxismo del siglo XIX, pasando por el fascismo y el nazismo que nacieron en el siglo XX o los diferentes tipos de nacionalismos.
Basta con recordar la gran cantidad de guerras que se han perpetrado a lo largo de la historia, en base a las diferentes corrientes ideológicas o religiosas. Todas ellas basadas en la energía que dirigía determinada corriente basada en un egregor.
¿Qué egregors han surgido en la actualidad?
En la actualidad la cosa se vuelve más compleja, cosa que parecía difícil. A los egregors que he comentado antes hay que añadir las creadas en las diferentes corrientes políticas, en los seguidores de equipos deportivos, principalmente el fútbol, en las variadas tribus urbanas,
escuelas de yoga, escuelas de Reiki…
También ha entrado en escena los diferentes estilos de consumismo, debidos principalmente al marketing que desarrollan las diferentes marcas comerciales y basados principalmente en la tecnología. Las redes sociales han contribuido enormemente a que diversas energías grupales se expandan como un fuego alimentado por gasolina.
Las sectas como egregors
Las sectas entrarían también en este abanico. Se calcula que en España hay alrededor de 250 con alrededor de 400.000 adeptos, datos muy difíciles de cuantificar.
Esto no quiere decir que todos los egregors sean malos, como en casi todo no se puede generalizar. Pueden existir grupos de personas con unos intereses altruistas que intenten mejorar la vida de otras personas o el medioambiente. Un ejemplo de ello son los monjes budistas, en sus oraciones y meditaciones piden para la iluminación de todos los seres humanos.
Otro ejemplo de energía grupal positiva la podemos encontrar en occidente en los grupos de apoyo que existen para recuperarse de diferentes adicciones o traumas. Quizás el más representativo y de donde nacen todos los demás sea Alcohólicos Anónimos. Está organización nace a finales de los años treinta del pasado siglo, como consecuencia de un grupo de personas se da cuenta de que si se apoyan las unas a las otras les es mucho más fácil dejar su adicción destructiva con el alcohol y que de forma individual, les es prácticamente imposible abandonar esta adicción. La energía y los fines
que persigue este grupo son altamente positivos. La persona que tiene un problema con el alcohol si se deja impregnar por este egregor, es evidente que tendrá una evolución muy positiva respecto a su adicción.
Tampoco son todos iguales, ni con el mismo grado. Un terrorista capaz de inmolarse y asesinar a otras personas, habrá sido captado por un egregor muy fuerte y negativo. Mientras que un seguidor de un equipo de fútbol, aunque este dentro del egregor de su equipo, esto no supone peligro (siempre que no sea un extremista y este en algún grupo ultra) ni para él ni para otras personas.
¿Cómo se forma un egregor?
Como he comentado anteriormente para que se forme un egregor es necesario que haya un grupo de personas que compartan una idea común, que generalmente tendrá un fin concreto. Esto es usado por las altas esferas de poder para crear una forma de pensamiento lo más homogénea posible, casi un pensamiento único. Está energía grupal va adquiriendo poder gradualmente hasta alcanzar una
fuerza considerable. Una vez capta un adepto, este tiene complicado salir de ella.
Un ejemplo histórico de la fuerza que puede alcanzar un egregor lo tenemos en la implantación de la ideología nazi en el pueblo alemán, en los años treinta del pasado siglo. Lo que empezó siendo un reducido grupo de individuos, logró implantar una ideología que poco a poco fue germinando y terminó convirtiéndose en un enorme egregor. Fue capaz de arrastrar a toda la nación alemana y a gran parte del mundo a un holocausto.
Hoy día suceden cosas similares. Se implantan ideas egregor en la población y se y se insiste en ellas una y otra vez, a través de los medios de comunicación y la tecnología. Al final esta idea se arraiga y se termina dando por válida, generando un campo energético por ella misma. Prácticamente se puede hacer con casi cualquier programación, concepto o ideología que deseen implantar.
Quizás la vertiente más peligrosa que tienen los egregors es en el momento que una persona, tal vez
porque está atravesando un mal momento mental o emocional, se introduce en un grupo sectario que puede estar relacionado con la política, la religión, la espiritualidad o sobre las nuevas tendencias sobre sanación energética que existen hoy en día. El egregor que forma estos grupos es muy fuerte.
¿Por qué es tan difícil salir de un egregor?
En un primer momento se produce una “cesión” de energía por parte del egregor del grupo hacia la
persona, ésta experimenta una mejoría. Si se trata de un grupo vinculado con la religión, la espiritualidad o la sanación y la persona está enferma, esta suele mejorar de su enfermedad, o incluso curarse. Ha firmado un pacto con el diablo. Al egregor le interesa la energía de este individuo, primero le cede un poco para después apoderarse de buena parte de la que posee el individuo.
En un momento determinado esa persona, puede sentir la necesidad de salir de esa energía grupal. El
egregor no se lo pondrá fácil. Si desea abandonar ese grupo, tendrá que dejar parte de su energía en él. Algo muy doloroso.
Está es la razón principal por la cual son incapaces de abandonar posiciones mentales aberrantes o por qué es tan difícil abandonar una secta.
Es un esfuerzo mantener un mente clara y objetiva hoy en día, pero es fundamental si deseas tener un bienestar saludable en todas las áreas de tu vida. Para ello es muy importante que analices y si es necesario pongas en tela de juicio las ideas y las propuestas que vienen del exterior, con criterio tú sabrás aceptar las que más te convengan y beneficien, tanto a ti como a las personas que te rodean.