Los seres humanos somos muy fácilmente manipulables mentalmente. Contra menos códigos energéticos posea una persona, mucho más fácilmente será manipulada. A través de los siglos las distintas poblaciones del planeta han sido utilizadas a través del inconsciente colectivo y la creación de egregors.
Un egregor es una creación mental y energética. En sí mismo no es negativo, ni positivo depende del uso que se haga de
él. Por desgracia en general las personas, en la actualidad, desconocen o niegan su existencia. Este hecho es aprovechado por
los controladores para instaurar cualquier tipo de idea que deseen que se haga viral.
En los siglos pasados quienes ostentaban el poder hacían valer sus leyes a través de la imposición directa a
través de ejercer la violencia física o el castigo, a los que no cumplían con sus dictámenes. Aunque la implantación de egregors
se utilizaba era mucho menor de la que existe en el momento actual.
Hoy en día la implantación de egregors se hace de una manera mucho más sutil y con la consiguiente manipulación del inconsciente colectivo, gracias a la tecnología de la información.
Para conseguir los propósitos que persigue la élite, no se puede violentar la ley del libre albedrio que todos los humanos
poseemos. Para que una gran parte de la población admita y haga suyas sus ideas, las élites negativas utilizan el inconsciente
haga suyas sus ideas, las élites negativas utilizan el inconsciente colectivo. La misma población se autoconvence de que es lo mejor para ellos.
El inconsciente colectivo, tiene la capacidad de actuar sobre el consciente que cada uno de nosotros poseemos. Entendiendo como consciente personal como el conocimiento de uno mismo, de la realidad exterior y el equilibrio entre ambos.
Los seres humanos somos antenas mentales, captamos toda la información que nos llega, parte de esta información pasa a formar parte de
nuestro subconsciente que actúa casi de forma automática, influyendo en muestra forma de pensamiento consciente.
Extracto del libro La luz contra la oscuridad.