Libro sobre el nacimiento y la reencarnación

Más allá de la vida

En nuestra sociedad occidental la muerte tiene muy mala prensa. Vivimos en la era tecnológica y materialista, donde parece que las ideas provenientes de la espiritualidad o la trascendencia cada vez tienen menos cabida. Todo tiene que pasar el filtro científico, para que sea aprobado por una sociedad cada vez más encauzada hacia la pobreza absoluta de espíritu.

  ¿Cuándo perdimos el contacto espiritual? Hace 130 o 140 años, el mundo científico se embarcaba en la nave del progreso con la ilusión de transformarlo todo y acercar el Reino de los Cielos a la Tierra asolada por el hambre, la ignorancia, la enfermedad y la muerte. Esa corriente quiso llevarse por delante las tradiciones y prejuicios naturales, para así hacer prevalecer la razón.

  Religión sin Dios, la razón propicio el eje sobre el que giro un proceso de cambios alucinante. Se pensaba, se sigue pensando, que todos los misterios se desvanecerían y el hombre se convertiría en el dueño y señor de la Naturaleza. El mundo estaba ahí para servirse de él, para apropiárselo y dirigirlo. Esta postura omnipotente sería la semilla de lo que hoy en día tenemos en la humanidad.

  Los “cruzados” de la técnica y de la ciencia, al pretender aniquilar a Dios y a las creencias naturales, se situaron a sí mismos como dioses. El pensamiento crítico, el peso y la medida introducirían en el mundo un orden en medio de la inseguridad que la vida natural nos brinda. La Naturaleza era algo que debía encauzarse y utilizarse para el propio beneficio. La idea de un espíritu que habitaba dentro de nosotros y que podía participar del espíritu mayor de la Naturaleza, era una superstición de los antiguos nacida de su ignorancia que había que erradicar.

  Hasta hace unas pocas decenas de años, antes de que los desequilibrios en la Naturaleza fueran tan patentes, la ecología era vista como la idea de unos cuantos maniáticos que vestían de ciencia antiguas creencias ¿Cómo podía sostenerse la existencia de una inteligencia detrás de todas las expresiones de vida? ¿Cómo aceptar que nosotros mismos éramos parte de un sistema equilibrado y frágil? Ni la soberbia científica, ni sus interese económicos podían aceptarlo. Ni siquiera hoy, en medio de signos indisimulables de decadencia en todos los ámbitos, parecen reaccionar y asumir sus errores. El paraíso prometido, el cielo tecnológico, amenaza en convertirse en un infierno.

  Con estas premisas es fácil comprender que la muerte le pille completamente desprevenido a más de uno, tanto a las personas que fallecen, como a sus seres queridos. Con demasiada frecuencia he visto como personas allegadas les resultaba muy difícil dejar este plano físico, he sido testigo de cómo se apoderaba de ellas la desesperación al estar en la antesala de su propia muerte física. Estamos inmersos en una sociedad materialista, dominada por el ego y la muerte se convierte en la desaparición completa del individuo que se ha identificado completamente con su yo material, y que desconoce quién es realmente.

  Este libro es para las personas que sienten y piensan que la muerte física es una etapa más en la evolución espiritual de cada ser humano. Está basado en mis experiencias personales, que para mí son trascendentales, como son el nacimiento de un ser humano y también su muerte física y en las experiencias y aprendizajes de algún retazo que he conseguido recordar de alguna de mis vidas anteriores. Llevo 27 años trabajando en una consulta, en ese tiempo he podido observar cómo se enfrentan a la muerte muchas personas y también como lo afrontan sus seres queridos, lo que me ha dado cierta perspectiva y me ha ayudado a comprender bien ese paso tan crucial para los seres humanos. Con este libro quiero aportar mi granito de arena para que se comprendan mejor los conceptos trascendentales del nacimiento y la muerte y ofrecer herramientas sencillas y prácticas para afrontarlos.

Extracto del libro Consciencia entre vidas

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